Jugar con el espacio
La arquitectura, que a menudo se ve
como un proceso de añadir, también puede entenderse como un proceso de quitar.
Este enfoque, aunque menos común, es igualmente válido y ofrece muchas
posibilidades creativas. Por ejemplo, construir un muro implica añadir
ladrillos uno sobre otro, mientras que crear una cueva se logra erosionando la
roca con agua. Este concepto de quitar es evidente en las casas trogloditas,
donde los espacios se crean excavando en la roca blanda. Así, la arquitectura
no solo se trata de añadir, sino también de quitar, de esculpir el espacio a
partir de la materia sólida.
Los baños termales de Peter Zumthor en Vals son un ejemplo
claro de esta arquitectura de sustracción. Aunque no están excavados en roca
natural, fueron diseñados como si lo estuvieran. Este enfoque no solo muestra
la habilidad técnica del arquitecto, sino también su capacidad para imaginar y
crear espacios que parecen surgir de la tierra. Los baños, incrustados en la
ladera, se integran perfectamente con el paisaje alpino, aprovechando el agua
de un manantial termal natural. La entrada a través de un túnel bajo el hotel
refuerza la sensación de estar entrando en las entrañas de la montaña, como una
molécula en el flujo del agua.
La geometría que rige el diseño de los baños de Vals es otro
aspecto interesante. Zumthor utiliza formas geométricas precisas, como el
cuadrado y el rectángulo de la Sección Áurea, para organizar los espacios
interiores. Esta precisión matemática no solo crea un sentido de orden y
armonía, sino que también permite una experiencia sensorial única. Los espacios
se ensanchan y estrechan siguiendo una lógica interna, similar a los sistemas
de cuevas naturales. La luz, el agua y la piedra se combinan para crear un
ambiente que estimula los sentidos y la imaginación.
En resumen, los baños termales de Vals muestran cómo la
arquitectura puede ser tanto un arte de añadir como de quitar. Zumthor ha
creado un espacio que no solo es visualmente impresionante, sino que también
ofrece una experiencia sensorial profunda. Al atender a los cinco sentidos y
más, el edificio se convierte en un refugio donde las personas pueden
desconectarse del mundo exterior y sumergirse en un ambiente de contemplación y
relajación. Este enfoque integral, que considera tanto el contexto como el contenido,
demuestra que la verdadera arquitectura va más allá de la mera construcción; es
una forma de conectar a las personas con su entorno y con ellas mismas.
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