Sentido
En la modernidad, la obsesión por la utilidad ha cambiado el valor de la contemplación como forma esencial de conocimiento y experiencia humana. Primero, Octavio Paz sostiene que el pensamiento técnico y utilitario ha cambiado nuestra forma de vivir, reduciendo el mundo a objetos funcionales. Segundo, plantea que la contemplación —como acto gratuito y desinteresado— permite una relación más profunda con la realidad. Ambas proposiciones revelan que el predominio del uso sobre la contemplación daña nuestra percepción del mundo y limita nuestra capacidad de asombro.
La invasión del pensamiento utilitario, transforma todo en instrumento, incluso las relaciones humanas. Esta visión convierte al mundo en un conjunto de medios subordinados a fines, donde lo que no sirve se descarta. En este contexto, la belleza pierde su valor y se convierte en decoración o mercancía. Así, la lógica del uso quita la existencia de su dimensión poética y simbólica.
Por otro lado, la contemplación permite abrir puertas hacia lo que no tiene propósito práctico, pero sí sentido profundo. Cuando contemplamos, no buscamos dominar ni transformar, sino simplemente estar frente a lo otro, dejándonos afectar. Esta actitud revela una forma de conocimiento que no se basa en la utilidad, sino en la presencia y el descubrimiento.
En conclusión, el dominio del pensamiento utilitario y la pérdida de la contemplación han dañado nuestra relación con el mundo. La utilidad nos encierra en una lógica de producción y consumo, mientras que la contemplación nos abre a lo verdadero. Recuperar la contemplación es recuperar una forma de estar en el mundo que no exige resultados, sino presencia. Por ello, como advierte Paz, es urgente revalorizar lo inútil como fuente de sentido y plenitud.
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